Micromuseo - Bitácora

jueves, 20 de diciembre de 2007

CIELOS ROSAS PARA ROSARITA: Ofrenda pictórica de Micromuseo en el mausoleo de Sarita Colonia



Gustavo Buntinx y Sophía Durand. Cielos rosas para Rosarita. 2007. Serigrafía sobre papel. Impresión: Elliott Urcuhuaranga. (Verso y reverso de la estampa a ser circulada hoy en el Cementerio Baquíjano del Callao).


CIELOS ROSAS PARA ROSARITA


Hoy, jueves 20 de diciembre, se cumplen sesenta y siete años de la desaparición de Sarita Colonia. Al igual que en la fecha de su nacimiento, miles se sentirán convocados a rezar y compartir dones en el mausoleo erigido por sus fieles sobre la antigua fosa común del Cementerio Baquíjano del Callao. Ubicación significativa para un culto no oficial pero ampliamente identificado como el rostro místico de la migración. Y de sus transformaciones múltiples: de ícono sagrado a héroe cultural, es la hipótesis con que desde 1990 vengo explorando las mutaciones continuas de esta devoción y de sus imágenes, vinculadas tanto a la experiencia de cierta (post)modernidad vernacular como a las fricciones creativas entre lo pequeño-burgués-ilustrado y lo popular-emergente.

Tal vez era inevitable que la experiencia de esa investigación se integrara a su objeto de estudio. El resultado da lugar a situaciones como Sarita Iluminada, aquella “conferencia-performance-mito-rito-pago-pagapu” cuyo cartel publicitario de principios de 1992 es el primer afiche “chicha” de vocación callejera producido gracias a la colaboración entre artífices eruditos y serígrafos populares (Feliciano Mallqui).


Gustavo Buntinx y Susana Torres. Sarita Iluminada. 1992. Serigrafía sobre papel. Impresión: Feliciano Mallki.


La propuesta se repite ahora con Elliot Urcuhuaranga, quien ha impreso las imágenes que se distribuirán hoy en el cementerio, anunciando una nueva ofrenda de Micromuseo a Sarita –una ofrenda esta vez pictórica, en el más literal de los sentidos: el pintado integral del cielo raso del santuario, oscurecido por los humos de tantas velas devocionales. La acción se realizó el pasado 10 de diciembre y el fucsia empleado no podría ser más connotativo: “cielos rosas para Rosarita”, reza el lema de la estampa, en alusión a las relaciones sincréticas entre Santa Rosa y Sarita, el culto oficial y el popular, en la múltiple religiosidad peruana. El ex-voto además ofrece en su anverso aquel logotipo eventual nuestro donde el león rampante de calcomanías y guardafangos irrumpe desde el tradicional marco tetraovalado que suele identificar a la santita. Rompiendo cadenas.

El nombre de "Rosarita" fue tomado de una feliz inspiración de Eduardo Llanos. El acondicionamiento pictórico del mausoleo ha sido posible gracias al aporte económico de Micromuseo y la generosa donación de trabajo y talento por parte de un estrecho colaborador y artífice cuyo nombre es precisamente Jesús de la Cruz. El azar no existe.

La misa por el alma de Sarita se realizará en el cementerio a la 1 de la tarde. Antes y después de esa hora se multiplicarán los panes de la religiosidad popular. Bienvenidos, bienaventurados, todos los que estén dispuestos a no reprimir sino productivizar las diferencias.

(A continuación el registro en video realizado por Daniel Contreras del pintado del cielo raso del mausoleo de Sarita por Jesús de la Cruz).

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