NO es NO (PIEZA DEL MES - MARZO 2013)
Laperrera
(Natalia Iguíñiz / Sandro Venturo)
NO es NO
2001
Serigrafía sobre papel: 86 x 120 cm
Impresión: Serigrafía Vanessa
Encargante: Estudio para la Defensa
de los Derechos de la Mujer (DEMUS)
de los Derechos de la Mujer (DEMUS)
Micromuseo ("al fondo hay sitio")
Donación: Laperrera, octubre de 2004
CUARENTA VECES NO
Contra todas las arrogancias del arte, siempre el contexto es el que hace al texto,
también visual. De allí la fluidez a veces desconcertante del sentido de las imágenes,
jugado siempre en la tensión entre sus códigos de origen y las sucesivas
reinterpretaciones provocadas por una semiosis social en mutación permanente.
De
allí también la relevancia nueva de obras a las que la historia les impone una
pertinencia reNOvada, con frecuencia impensada o impredecible para sus autores.
Es el caso de la serigrafía NO es NO, comisionada hace doce años a Natalia Iguíñiz –y a través de
ella al colectivo Laperrera– por la asociación feminista DEMUS (Estudio para la
Defensa de los Derechos de la Mujer). Un llamativo afiche para una campaña más
en la sempiterna lucha contra la violencia sexual en general, y en particular
contra el desdén machista por la voluntad femenina en el intercurso corporal.
Parte, en realidad, de una compleja
secuencia de intervenciones callejeras que inserta a Natalia Iguíñiz –por su
propia cuenta o como parte de Laperrera y otros colectivos– en varios
recorridos de la gráfica política peruana. Así NOs lo recordó una muestra
recopilatoria de esos aportes suyos, acogida hace apenas días por el Centro de
la Imagen.
Interesa aquí resaltar los trabajos que
durante el primer lustro de este siglo la asocian a los intercambios de
creatividades y técnicas entre artífices eruditos y populares en torno a la estética
publicitaria deNOminada «chicha». Un proceso que –con otros protagonistas– se
remonta hasta el año 1992, como fue historiado por Micromuseo a fines de 2004
en la retrospectiva Neón-colonial: el afiche chicha en el arte. Allí este
cartel fue expuesto junto a decenas de otros, incluyendo por lo meNOs seis de la misma autoría.
Ese despliegue puso en evidencia el experimentalismo ecléctico con que
Laperrera procuraba entonces articular sus mensajes mediante esquemas visuales
diversos, desde la textualidad pura hasta una iconización casi fotográfica.
Pasando por soluciones de alto contraste y deliberadamente caricaturescas en su
búsqueda de legibilidades amplias donde la pulsión comunicativa pareciera ser
el principal postulado plástico.
Este último es el caso paradigmático del
afiche que aquí destacamos, como por cierto se lo ha destacado también en otros
espacios web atentos a la temperatura más inmediata de los tiempos. Una sincronía
inevitable, pues el tema milenario que hace una década diera motivo atemporal
al cartel adquiere en este mes preciso –en estos (in)justos días– una
actualidad otra para Lima: nuestra ciudad hoy abrumada por la imposición burocrática
de un plebiscisto contra las cuarenta autoridades ediles, buscando quebrar así
la gestión que pretende liquidar el sistema de manejos proverbialmente
corruptos en la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Un proceso electoral de revocatoria
iniciado mediante la abierta compra y falsificación de firmas (incluyendo la supuesta huella digital de una ciudadana sin brazos, víctima de un atentado
subversivo).
Y con reglas cambiadas
que ya NO exigen mayorías reales para forzar la interrupción del mandato
limpiamente obtenido. Y con ofrecimientos públicos de trabajos estatales para
quienes colaboren en la campaña de difamaciones.
El reiNO del revés, con régulos que se
esconden tras fantoches inverosímiles, como el "revocador" Marco Tulio Gutiérrez,
trístemente célebre por actos y decires inenarrables, particularmente racistas
y machistas. («Soy un impresentable», es como ahora se presenta). Entre sus
frases más interesantes se encuentra desde hace años su autodefinición como "NO homofóbico siNO maricofóbico".
Y ahora último ha despertado rechazos múltiples por la afirmación abismal de
que "las damas siempre dicen que NO y terminan diciendo que sí, ése es el encanto de las damas".
Aunque tal vez esta expresión NO deba sorprender en quien comparte liderazgos
para la revocatoria con un pastor evangélico sobre el que pende una acusación de violación,
como agudamente ha ironizado Carlín en la caricatura publicada por La República
el pasado 9 de marzo y reproducida al finalizar estas líneas.
Es
en ese contexto que este siempre acertado afiche de Laperrera adquiere una
punzante vigencia adicional, casi su momento histórico de significación
privilegiada: la redundancia polisémica en el que la reivindicación de género
se generaliza a la propia condición ciudadana. Y a la ciudad toda.
NO
es NO.
(Cuarenta
veces NO).
NOta
bene:
Atención
a la sorprendente coincidencia del azul cerúleo empleado por Laperrera hace
doce años para afirmar el valor positivo de la doble negativa que en esta
composición se superpone y derrota al fondo bilioso de amarillos. Precisamente la oposición de colores
que hoy identifica a las fuerzas enfrentadas por el proceso de revocatoria.
(Ver nuestra Pieza del Mes de febrero). El azar NO
existe.
Gustavo Buntinx
“Carlincatura” publicada en
La República, Lima,
el 9 de marzo de 2013.
Obra de Carlos Tovar (“Carlín”).
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