Micromuseo - Bitácora

viernes, 29 de junio de 2007

CHOLO PINK, CHOLO POP, CHOLO POWER


(Texto publicado en el catálogo de GLOBO POP, la exposición de Claudia Coca a inaugurarse el 27 de junio de 2007 en la galería Vertice, Lima)

(Fragmentos)

Gustavo Buntinx


Pocas cosas unen más a ciertos peruanos que el inquieto deseo de no ser –no parecer– peruanos (si es que la peruanidad existe). Así al menos lo suelen sugerir reiteradas encuestas donde tras las retóricas exaltadas de la identidad nacional asoma el vislumbre de un abismo, que es también una herida. Y una paradoja: comunidades nuevas de sentido, de sentimiento, parecieran articularse en el propio gesto que las deshace. Como una modernidad alterna que canibaliza (re)creativamente los modernismos patéticos de nuestras fallidas modernizaciones provincianas.

Una modernidad subalterna, insubordinada en su metabolización subvertida de íconos y códigos. Como en la carátula de aquel clásico “disco de oro y platino”, publicado en 1985, donde el chichero grupo Maravilla asume como lema y emblema el nombre mestizo de Sarita Colonia (ese rostro místico de la migración andina en la capital), sin por ello dejar de exhibirse con atuendos inspirados en la pobre serie televisiva de Wonder Woman. Los “pitucos de la cumbia peruana” se ofrecen de ese modo como producto “de exportación” para un mercado trasnacional donde lo masivo y vulgar se constituye en la lingua franca de nuestros globalizados tiempos.

"Globo pop" puede así ser el nombre comercial de una barata golosina trasnacional y al mismo tiempo el título artístico de una exposición a su manera altermundista, donde los signos exteriores de diferencia étnica friccionan la rutilancia festiva de formas y colores cosmopolitas. No se trata de una modulación exquisita en el registro sensible de la elegancia, como con algún éxito procuró Reynaldo Luza hace más de medio siglo al introducir el fucsia serrano como CHOLO PINK para el repertorio cromático de la moda europea. La propuesta aquí se relaciona más bien con las despreciadas estrategias populares de la apropiación y de lo inapropiado. Una relación lúdica con la alienación que hace de la alienación misma un discurso –un recurso– de identidad. De identidades en dramática fuga y en regeneración gozosa mediante entrecruzamientos tan desopilantes como incisivos.

El calentamiento global y la estulticia glorificada de Paris Hilton, por ejemplo (hasta el nombre es significativo). O el sueño libertario de Martin Luther King y el (sub)americano de una Green Card pícaramente exhibida por la protagonista de "I Dream of Jeannie", esa ridícula fantasía orientalizante de sumisiones exóticas (con un marido gringo y militar).

El resultado es no sólo una imagen sino sobre todo un estilo culminante para los continuos deambulajes de la expositora en el “laberinto de la choledad” (Guillermo Nugent). Un lenguaje que asimila y transforma los históricos logros del pop achorado para sugerir la posibilidad subversiva de una pulcritud extrema en la insolencia de sus expresiones abiertamente “raciales”.

Un CHOLO POP tanto más incisivo por corporeizarse además en la semblanza vistosamente andina de una pintora denominada Coca, eróticamente travestida –ella también– como Sarita Colonia, como Mujer Maravilla, como Mi Bella Genio. O como una llorosa geisha de manga, con su blanca máscara de polvo de arroz corrida para revelar la incitante oscuridad de la piel de la artífice.

El sexual cruce pictórico que para ella culmina en su carne mestiza fusionada con la del hijo recién nacido, en lo que se anuncia (escribo apurado ante el cuadro aún inconcluso) como un derroche de rutilantes marrones tiernos ("brown is beautiful"). Sin duda hay en estas telas una clave personal e intransferible, que por ello mismo no podrá ser aquí revelada. Pero sobre todas ellas pende la conocida máxima de Mirko Lauer (desconocida por la artífice) que distingue la mera modernización tecnológica de una modernidad que se reivindica como la reproducción de la diferencia.

Una (post)modernidad propia y nueva, tan transgresora de los modelos internacionales como de la convención local. Transgresora incluso de cierta noción de vanguardia establecida desde modelos cosmopolitas y aquí subvertida desde la experiencia más inmediata de lo popular. CHOLO POWER.















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